2021 ha empezado con la irrupción de la tormenta Filomena, que empujó el precio de la energía hasta niveles récord, sin embargo, a principios de febrero, los precios han vuelto a zona de mínimos.
Como comentamos hace unos días, la escalada de enero se debió a factores coyunturales, como el aumento de los precios de emisión de CO2 en los mercados europeos, la baja producción de las energías renovables, el aumento de precio del gas natural por problemas de suministro o el clásico factor invernal, alcanzándose por todo ello unos precios cercanos a los 100 €/MWh. En febrero, sin embargo, la entrada con fuerza de las energías renovables y una demanda contenida gracias a una climatología generosa, hizo que el mercado diario del día 9 cerrase con un precio cercano a los 7 €/MWh.¡ Un auténtico Dragon Khan energético en pocos días!
Desafortunadamente, la montaña rusa de los precios de la energía no ha hecho más que ponerse en marcha. Nos espera una temporada de caídas en picado, ascensos vertiginosos, loopings y tirabuzones. ¡Abróchense los cinturones!
Recientemente, por exigencias de la Comisión Europea, el operador del mercado ha eliminado los límites mínimos (0 €/MWh) y máximos (180 €/MWh) del precio de la electricidad para operar en los mercados diario e intradiario. En este escenario, la constante variación de la generación no gestionable, como es el caso de la energía solar o la energía eólica, dificultará la coordinación entre la oferta (generación) y la demanda (consumo), lo que provocará un continuo baile de precios, especialmente mientras no existan sistemas de almacenaje energético a gran escala.
A pesar de ello, los consumidores debemos estar tranquilos. En principio, son los agentes y las comercializadoras quienes ocuparán la primera vagoneta de la montaña rusa. Deberán mantener la calma, transitando en un mercado tan arriesgado y volátil, para obtener precios estables y predecibles que ofertar a sus clientes. Ahora bien, si nos gusta el riesgo, también podemos ocupar nuestro lugar en la vagoneta de la montaña rusa, hacer la travesía por nuestra cuenta, indexarnos al mercado y esperar que nos hagan la foto del precio en el momento óptimo, con nuestra mejor cara (o no). La decisión es vuestra.