Hace dos años, uno de nuestros clientes, administrador de un gran hotel con suministro de alta tensión, se vio envuelto en una de esas situaciones irresolubles en las que, desde el principio, intuyes que vas a salir malparado, pues te enfrentas a fuerzas aparentemente demasiado poderosas como para ser doblegadas.
En 17 de julio de 2019, acogiéndose a las oportunidades que ofrece el libre mercado eléctrico, decidió que Iberdrola Clientes sustituyese a Endesa Energía como su nueva compañía comercializadora de la electricidad que suministraba su hotel. En principio, todo fueron facilidades para el cambio, sin embargo, la sorpresa llegó con la primera factura. El consumo energético estaba correctamente facturado, sin embargo, el importe correspondiente a los excesos de potencia sufría un importante recargo injustificado.
Sin entrar en demasiados detalles matemáticos, quienes estén familiarizados con la fórmula de cálculo del importe de los excesos de potencia sabrán que incluye una raíz cuadrada (y quienes no lo sabían, ahora ya están advertidos). En caso de calcularse este valor para un mes completo, el resultado de la raíz cuadrada no es el mismo que si se calcula para el mismo período, partido en dos tramos, en el caso que nos ocupa, del 1 al 17 de julio, correspondiente a Endesa, y del 18 al 31, correspondiente a Iberdrola. De hecho, calculado así, el resultado es superior y, por tanto, más caro para nuestro cliente.
El RD1164/2001 establece que este importe debe calcularse para un mes completo, así que Energestic reclamó tanto a la empresa distribuidora, eDistribución Redes Digitales, para que calculase el importe total, sin dividir el ciclo de facturación en dos partes, y a cada una de las empresas comercializadoras, para que facturasen la parte proporcional de este valor total, según los días que nuestro cliente había sido suministrado por cada una de ellas.
Los tres Goliats energéticos apenas se molestaron en justificarse, exculpándose de lo ocurrido, sin dar respuesta a nuestro cliente. Energestic decidió entonces denunciar la situación al Departament d’Empresa i Coneixement de la Generalitat de Catalunya que, dos años después, nos ha dado completamente la razón, obligando a los tres Goliats a anular sus facturas y a rehacer el cálculo según nuestro criterio, lo que supondrá una reembolso de casi 3.000 € para nuestro cliente.
Con paciencia y perseverancia, Goliat puede ser vencido.